jueves, 18 de abril de 2013

Sentimientos

Un día mi linda Rosalinda me lanzó, sin proponérselo, un interesante reto: hacer una lista de sentimientos. Me contó que había estado reflexionando y se había dado cuenta de que en el colegio nos han enseñado muchas cosas, muchas listas de cosas. Nos han enseñado fechas históricas, conjugaciones, tablas de multiplicar, elementos químicos con su valencia, nos han enseñado los phrasal verbs, los reinos con sus órdenes y familias, las capas de la Tierra. Nos han enseñado, incluso, los diez mandamientos, los de la Santa Madre Iglesia, los sacramentos y los siete pecados capitales. Pero hay una cosa que nunca nos han enseñado: los sentimientos. Nunca nos han hablado de los sentimientos, ni nos los han definido, ni nos han animado a pensar en ellos, ni muchísimo menos nos han ayudado a expresarlos. No es de extrañar, por lo tanto, que de adultos nos encontremos con tantos problemas que hubieran podido evitarse si se hubiesen molestado un poquito más en reforzar nuestra inteligencia emocional.
Lejos de esto, se refuerzan los malos sentimientos. Al egoísta sin un ápice de empatía se le considera "maduro", mientras que la persona con sensibilidad es "histérica e infantil". Se confunde la frialdad de corazón con la templanza. El bondadoso es tonto, el deshonesto es "listo y hábil". La persona con sentido del humor, que se esfuerza en crear un clima de alegría es poco seria y responsable, mientras que los amargados, petulantes, que todo lo critican, son serios, responsables y eficientes.
El único sentimiento que quieren que tengamos es miedo. Nos quieren permanentemente atemorizados, creyendo, erróneamente, que así rendiremos más.
Hoy voy a coger el guante que me lanzó mi Rosalinda y voy a inaugurar una lista de sentimientos. Los iré publicando cuando me vayan saliendo, cuando  y como los vaya sintiendo o me sientan ellos a mí, que aún no tengo muy claro cómo es la cosa.

3 comentarios:

Anonomatopato (Chaka) dijo...

He estado en tratamiendo sideroterapéutico para olvidarme de su blog. He comido lentejas y espinacas. Cuando me desatan, chupo los barrotes de la cama todos los días, pero no hay hierro que me cure.

Usted es un sentimiento en sí misma, incorpóreo, desaliñado, inquieto, cuántico... inmortal.

Usted es la forma sin materia, un cisne negro, una hamburguesa sin carne de caballo, un soldado sin fusil, un ministro sin cartera...

Poco a poco su cuerpo se fue licuando en sentimientos hasta quedar sólo un flequillo para hacernos creer que hay algo tangible en usted. Pero sólo es Cojoiden, un sentimiento y su flequillo; con lo que me gustaban sus piernas.

cojoiden dijo...

Y usted, ¿cuándo me ha visto las piernas?

Anonomatopato dijo...

Hace varios años. Cuando usted empezaba a convertirse.